La obediencia forma parte del proceso enseñanza aprendizaje en el manejo de la conducta humana, así como su modificación, en la medida en que tengamos ciudadanos obedientes que vayan asimilando los patrones conductuales seremos una sociedad que progresa. El ser humano que obedece a sus padres, a sus profesores, a sus superiores, a las autoridades en sentido general tiene mayor avance en la vida. En la medida que el hombre se deja guiar se le abren nuevos horizontes, su estadía en esta vida es mas feliz, y, por ende, coopera en la transformación del un mundo mejor. Ahora es preciso estimular a las personas hacia la obediencia, para que aprendan a controlar sus emociones de forma concierte, no para satisfacer a otros, sino para que desde su contexto alcance la plenificación de su propia vida.
Es de mucho regocijo personal cuando hacemos o cumplimos lo señalado por voluntad propia y al mismo tiempo la felicidad que llevamos a otros. La realización de la persona humana se logra cuando reconocemos que ante todo somos seres sociales, con limitaciones y debilidades, pero con una enorme capacidad de aprender cada día de nuestra vida, hasta llegar a ser paradigmas para las presentes y futuras generaciones.
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